Una persona encuentra en el asiento de su silla una carta que no sabe quién le escribió. A partir de la lectura se entera de que alguien se ha enamorado perdidamente ¿de él? ¿de ella? El relato no lo revela en ningún momento. Una declaración de amor que remite a la naturaleza y el romanticismo, que invita a reflexionar sobre la identidad y los efectos de la mirada ajena sobre nuestras sensaciones más íntimas.
A person finds a letter on his chair seat but does not know who wrote it to him. After reading it, he learns that someone has fallen madly in love with him? with her? The story does not reveal it at any time. A declaration of love that refers to the nature and romanticism, which invites us to reflect on the identity and the impact of the gaze of others on our most intimate sensations.
La antología de cuentos Diez en un barco reúne a los ganadorxs de los primeros diez años del concurso que anualmente organiza la editorial SM en Argentina. Dicho de otra manera, el libro es ¡la continuación del festejo! Con el plus de que el editor es uno de los autores ganadores, Sebastián Vargas. Había una consigna: que el cuento que escribiéramos tuviera algo que ver con la escritura. Yo decidí armar un relato a partir de una serie de cartas de amor, escritas de tal modo que no supiéramos quién le habla a quien. Al estar escrito en segunda persona, es inevitable sentirnos interpeladxs por el cuento. Fue muy desafiante escribirlo y sé que Sebastián disfrutó editarlo. Es interesante escucharlo leído en voz alta por una chica y luego por un chico. También resulta interesante observar qué nos pasa cuando es leído por personas mayores y cuando es leído por voces infantiles. Los “colores” de las voces influyen mucho en nuestra percepción y provocan diferentes ideas sobre quién puede ser la persona que dirige esas cartas.