Desde mi cristal

Mágica

Resultó que la primera salida hacia territorios extraños del hada con sus amigos y su maestra fue de la salita al teatro de títeres. Y se dio que en la obra de títeres un perro mago hizo lo suyo y todo desapareció.
La madre del hada, preocupada por la resolución de la obra, preguntó, con inocencia, ¿y cómo hizo el perro para que todo apareciera de nuevo?
El hada se acomodó el gorro en punta, se sacó unas miguitas de la falda, aguzó las puntas de la estrella de su varita y, tratando de que no se le notara lo que de verdad estaba pensando de su madre, respondió: “con magia, mamá, ¿qué te pensaste?”.

Mientras tanto, el superhéroe salía de su última misión virtual y agregó, serio: “obvio, ¿qué te pensaste?”.

Resultó, entonces, que la madre murmuró unas palabras inentendibles y se retiró de la escena rumbo a la habitación más alta, a ver si encontraba la rueca para pincharse el dedo a propósito y dormir cien años.