Por Programa Bibliotecas para Armar
En el cierre del mes dedicado a la literatura, la identidad y la memoria, que nada casualmente fue en octubre, invitamos a charlar con los integrantes del Laboratorio de Análisis y producción de Literatura infantil y juvenil a Paula Bombara: no podía ser otra la invitada. Con la gracia y la dulzura de siempre, Paula tocó los temas más espinosos y hasta escuchó y opinó sobre los trabajos de los participantes. Un gran regalo que nos hizo.
Mario Méndez: Bueno, bienvenida. Paula, te cuento y hacemos la introducción. Como si fuera un programa de radio. Hace tres meses que estamos juntándonos en este taller. Empezamos con la ciencia ficción. Siempre hay un primer encuentro teórico, o una introducción al género, a su trabajo en la literatura infantil y juvenil en particular. En ese caso, Alejandro Alonso, que es escritor y es especialista en ciencia ficción, nos ayudó con la charla inicial. Y cerramos con la entrevista a Eduardo Abel Gimenez, que no sé si vieron que ya está publicada en el blog, ya salió la segunda parte. Luego pasamos al policial. Esa vez, de la charla me encargué yo, y cerramos con Andrea Ferrari que vino a la entrevista. Esta vez tenemos un género que hemos inventado, porque que yo sepa no hay un género de identidad y memoria. (Risas). Para cerrar, te acabamos de instituir como la reina de la identidad y de la memoria…
Paula Bombara: La reina de un género que no existe. (Risas).
MM: No me digas que no está bueno… Normalmente, todos los participantes del taller, o casi todos, en el segundo encuentro escriben una crítica, en el tercero, que fue el lunes pasado, una ficción (que les resultó bastante difícil con este género inventado), y en la última, la entrevista. No voy a ser exclusivamente yo el entrevistador. Tenían como tarea pensar preguntas para hacerte. Paula Bombara es escritora, es bioquímica. Divulgadora de ciencias, tiene a su cargo una colección en Eudeba llamada “¿Querés saber?”, y tuviste una en Iamiqué… ¿Esa sigue?
PB: Lo que hice en Iamiqué fueron unas traducciones de una colección que se llama Asquerosología. El texto original es de una autora norteamericana, Sylvia Branzei; mi rol ahí fue hacer la traducción y nada más. En Siglo XXI está Ciencia y Superhéroes, que es uno de los libros con los que más me divertí escribiéndolo. Además de que lo escribí con un gran amigo, Andrés Valenzuela. Esa línea abierta en Siglo XXI probablemente continúe. Estamos viendo. Es una editorial que me encanta.
MM: Así que divulgación científica, en dos o tres lugares… esperemos que continúe lo de Eudeba… estábamos hablando de lo duro que está el mundo editorial. Y por supuesto, mucha ficción. Y mucha de esa ficción, relacionada con el género que inventamos, sobre todo a partir de El mar y la serpiente, que si no estoy equivocado es tu primera novela, ¿verdad? Que salió en el 2004…
PB: 2005.
MM: 2005. Después lo corrijo. Puedo tirar cualquiera y parece que sé todo con precisión. (Risas). Bueno… acá decíamos, y con eso abro, que si bien no fue la primera novela dentro de la literatura infantil y juvenil en tocar estos temas de identidad y memoria, de la historia reciente, sí es un mojón de la LIJ al respecto, entre otras cosas por el enorme éxito que tuvo, pero más que nada porque creo que dijo las cosas casi más claramente que ninguna. Hay alguna excepción que podemos mencionar, pero hasta ese momento se tocaba este tema un poco de costado. No sé si estás de acuerdo…
PB: La verdad es que cuando me decidí a escribirla trabajaba entre seis y nueve horas en un laboratorio, y no tenía idea de lo que estaba haciendo. Primero me puse a leer. Y lo que sentía era que nade había contado la historia con un enfoque así. Era lógico, por otra parte, creo. La salida de El mar y la serpiente coincidió, aproximadamente, con el estreno de la película Los rubios, de Albertina Carri. En ese momento empezamos, los Hijos y las Hijas a expresarnos un poco más en distintas formas artísticas. Salieron varias obras casi al mismo tiempo, en las que nuestra voz empezaba a sonar y nuestra experiencia hacía que tuviéramos otra manera de encarar estas vivencias. Las vivimos, no necesitamos darles mucha vuelta. Creo que lograr la sencillez y la claridad es lo más difícil que hay. Y estoy convencida de que hay que ir por ahí, siempre. A veces uno puede ir demasiado al filo de las cosas, es lindo andar por ahí. Por suerte cuando una ya se pasa del otro lado, por supuesto que hay amigos que te avisan. Así que yo prefiero siempre ir por esos filos de la literatura buscando la sencillez.
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