Esta novela surgió de un ejercicio del taller literario que hice con Susana Cazenave, el TALIJ. Ella dio a cada concurrente una frase para que funcionara como punto de partida de un relato. A mí me tocó: “Y, de pronto, apareció un leopardo con tres patas”.
Enseguida comencé a pensar en por qué sería que ese animal tenía tres patas y no cuatro. Los fundamentos científicos aparecieron antes que la literatura pero, sin embargo, no hay científicos en la novela.
Escribí algo más sobre el origen de la novela aquí.
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