Para que se den una idea, aquí una composición del mural, chiquito para que entre. Tendrán que ir hasta la ex-ESMA para valorar su tamaño (es bastante grande y eso no se aprecia aquí). Luego del laberinto hay una puerta de doble hoja. El rompecabezas, como ven, funciona a uno y a otro lado de la ventana. El ángulo de cambio de paredes lo llenamos de estrellas para que se “borrara” a la vista. Mis transiciones se ven en la entrada del laberinto, en la aparición de los rayos, en el pasaje por arriba del cielo al fondo amarillo del abrazo y en el pasaje por debajo del abrazo al árbol, con esa enredadera que se hace raíz. La guarda inferior, de agua que fluye, es idea mía pero ahí no puse pinceladas, sí en el árbol de la vida y sus elementos. Un poco en las raíces, bastante en el tronco y mucho en los elementos de la copa.
¡Ojalá les guste tanto como a todos los que lo hicimos!