En 2014 una obra colectiva de la que fui parte, el bellísimo libro Quien soy. Relatos sobre identidad, nietos y reencuentros, recibió el Gran Premio ALIJA 2013. No pude subir al escenario en aquella oportunidad por estar de viaje recorriendo escuelas.
Diez años más tarde, un proyecto personal, atesorado, muy soñado, mi novela La sombra del jacarandá, fue destacada con el mismo premio, el Gran Premio ALIJA 2023. Esta vez sí subí al escenario y llevé unas palabras escritas, pues me embargaba una emoción muy grande. Dije, palabras más, palabras menos, esto:
Comienzo felicitando a mis colegas, a quienes recibieron premios y a las y los que no, pues publicar un libro en estas circunstancias ya es una fiesta. ¡Felicitaciones!
Quiero agradecer.
. En primer lugar al jurado. Sandra, Mariana, Rita, Gabriela, Magalí. Muchas muchas gracias por premiar esta novela y por esa argumentación tan preciosa.
. A ALIJA, por organizar este premio cada año y por el trabajo voluntario, comprometido y entusiasta que realizan cada día.
. Al querido Poly Bernatene por la escultura preciosa que pensó para mí.
. A mis compañeras y compañeros de Editorial Norma. Los libros son construcciones colectivas, frutos de muchísimos intercambios de ideas y emociones. Por eso, gracias a todas las personas que trabajan en la editorial. Nora, Rosario, Mery, Carolina, Valeria, Natalia, José, gracias a todas, todos y cada uno.
. Gracias especiales a las editoras de esta novela, Laura Leibiker y Laura Linzuain, por aceptar que La sombra del jacarandá, un texto que estaba creciendo dentro de mí desde 2011, fuera parte del precioso proyecto “al gran pueblo argentino, democracia”. Gracias a nuestras charlas esta novela es más auténtica y audaz de lo que yo les había presentado.
. Gracias especiales también a Marcela Busoni y a cada integrante del equipo de promoción, por el sostén emocional antes, durante y después de los encuentros que hicimos en las escuelas el año pasado con La sombra del jacarandá. Y también por cargar, descargar, trasladar, una y otra vez, todos nuestros libros. Quiero decir que no sobra ningún trabajador en la editorial; por el contrario, faltan.
. Otro gracias inmenso a mis seres queridos: familia, amigas y amigos. En especial, a Lolo, Juani, Emi, Andrea y Rosario. Perseguir los sueños es algo que no puedo evitar hacer y ustedes me alientan siempre, aún cuando implica viajes, largas inmersiones en temas que alteran mi ánimo y también la vida cotidiana en nuestra casa. Sin ustedes escribir sería una tarea aún más difícil. Gracias a mis amigas y amigos por los abrazos, por las risas, por la paciencia, por ayudarme, por aceptar mis locuras y por amarme tal como soy. Me hacen muy feliz.
. Gracias infinitas al Equipo Argentino de Antropología Forense, un verdadero tesoro de nuestra democracia. Aquí está Patricia Bernardi, miembro fundadora del EAAF y pido un aplauso para ella. Gracias, Pato querida, por venir y gracias al Equipo por su trabajo. Patricia puso a mi disposición textos científicos y manuales técnicos, me mostró herramientas y apuntes personales que fueron fundamentales para escribir los capítulos protagonizados por antropólogas y antropólogos forenses, leyó, no una, sino tres versiones borradores de esta novela y aportó siempre comentarios que sumaron verosimilitud a mis personajes. Su manera de trabajar, su sensibilidad, su profesionalismo, su inagotable generosidad son, para mí, ejemplos de vida en lo personal y en lo profesional.
Para terminar quiero decir que en tiempos en los que la ciencia argentina, el arte, la educación y la salud pública, las bibliotecas populares, los comedores, los programas de derechos humanos en general, son desfinanciados, subestimados, violentados, tenemos que estar a la altura de lo que las chicas, los chicos, les chiques necesitan. Tenemos que escucharles más y mejor. Merecen que encontremos nuestras mejores palabras, nuestras mejores imágenes y que pongamos el cuerpo en las calles cada vez que haga falta defender sus derechos. Solo así vamos a sostener y mejorar nuestra democracia.
Escribir esta novela fue uno de los procesos más intensos que viví en estos 20 años de carrera y me siento profundamente conmovida por la recepción que está teniendo la novela entre colegas, especialistas y docentes. GRACIAS de corazón por acercar esta historia a los chicos y las chicas a quienes está dirigida.