Mis gatas, Inku y Kasai, fueron el punto de partida para escribir lo que sucede cuando Brian Kimura, un personaje que adoro, y su familia reciben sus primeras mascotas. Algo curioso: no fue fácil escribir una novela en la cual el personaje está feliz de principio a fin. No fue fácil pero sí fue sumamente satisfactorio lograrlo. Brian se hizo parte de mi vida del modo más luminoso y mis gatitas se ocupan de recordarme día a día la manera de vivir que sostiene mi personaje. Es una novela que me enorgullece profundamente.
Reseñas
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